Abstract
Maine de Biran, iniciador de la llamada filosofía espiritualista francesa, es el descubridor del tacto interno. Lo táctil se opone a lo visual, y es el origen profundo de la intuición. Marc Richir acoge con entusiasmo esta idea filosófica de tacto interno, y explica que es un contacto incorporal, inmaterial, sin espacio ni tiempo; es la no-adherencia del sí a las cosas mismas, como resultado exigido por la trascendencia absoluta. Se establece, a continuación, un paralelismo entre Maine de Biran y Marc Richir, como filósofos contrapuestos en los dos lados de un nivel fenomenológico intermedio: el nivel de las fantasías perceptivas y de la identidad de lo transposible. Es el nivel medio que ya predijo, en la Antigüedad, Ovidio, en un verso famoso: «Medio tutissimus ibis», («Irás más seguro por en medio»).