Abstract
Desde la antigüedad greco-latina viene planteado un problema que aún persiste en nuestrosdías ¿cuál es el estatuto que nos permite distinguir claramente la especificidad de un textoescrito? La necesidad de presentar a uno de los filósofos más emblemáticos, Sócrates, a lasnuevas generaciones creó un reto difícil de superar. El hecho de que este pensador nodejara obra escrita ni planteara una teoría específica, pero al tiempo fuese un ejemplo depensador y de vida, hizo a los que le conocieron, se propusieran reconstruir esta difícilfaceta de una forma vívida. Tanto Platón, Jenofonte, Antístenes y Esquines, los másconocidos biógrafos de Sócrates, tuvieron que ingeniárselas para hacer pasar a la historia aeste genial filósofo. Según noticias de Werner Jeager en la época de estos filósofos seusaba una forma estilística denominada Enkonion o Elkonion, para hacer un retrato escritode una persona importante, una especie de panegírico que Aristóteles en su Retóricaclasifica como perteneciente uno de los géneros de la argumentación: el género epidíctico.En el análisis de este género discursivo se puede observar tal problemática. Por ejemplo losDiálogos de Platón, cuyo personaje central es Sócrates, están a medio camino entre lo quehoy conocemos como filosofía, retórica y literatura, y que en aquella época no se hacía taldistinción tajante como se hace hoy en día. Analizando la estructura de las diferentespresentaciones del filósofo podemos ver claramente que el problema que se les presentó alos biógrafos fue de retórica que es la base que fundamenta los discursos filosóficos yliterarios.