Abstract
Es un lugar común afirmar que recurrir al contexto es un paso inexcusable de cara a comprender una proferencia o un texto y que tal comprensión es inexcusable asimismo de cara a traducir (correctamente) una proferencia o un texto dados. No obstante, a pesar de que una proferencia o texto puedan ser bien comprendidos, su traducción depende de la posibilidad de (o habilidad para, en su caso) identificar sinonimias entre la lengua origen y la lengua término, especialmente cuando entran en juego fenómenos lingüísticos tales como la ambigüedad, los falsos amigos, la hiponimia o la vaguedad. Cuando tales fenómenos entran en juego las implicaciones y las implicaturas que está permitido hacer de una proferencia o un texto traducidos pueden diferir de las que está permitido hacer del texto original. Teniendo en cuenta estas consideraciones previas, este artículo trata del análisis de las implicaciones e implicaturas que está permitido hacer cotejando textos filosóficos originales y sus traducciones a varias lenguas. Este análisis sugiere que muchos textos filosóficos traducidos crean nuevos contextos, de modo que se posibilitan nuevas interpretaciones del pensamiento de un filósofo dado.