Abstract
El trabajo adopta como marco general la ética de la alteridad de E. Levinas, desde la que intenta explorar la mala respuesta que los estados receptores dan a los otros, los emigrantes ilegalizados. La hipótesis en juego apunta a una contradicción radical interna la ética política de esos estados. Por un lado, adoptan la ética liberal que subyace a los derechos humanos universales pero, por el otro, se identifican con la ética realista comunitarista que defiende los intereses de sus ciudadanos y legitima el no reconocimiento de la ciudadanía de los emigrantes ilegalizados. En segundo lugar el trabajo trata de contextualizar esta situación en un marco histórico y filosófico más amplio y llega a la colonización europea moderna que inspira, en el plano filosófico, la legitimación hegeliana de la esclavización colonialista de los otros y, en consecuencia, del racismo implícito en ella. Esta “ética” racista y esclavista resurge con la llegada de los emigrantes a Europa no forma de neorracismo. Frente a ella y a su legitimación hegeliana se levanta la ética de la alteridad en figuras como Charles Taylor y, sobre todo, Levinas que, paradójicamente, se distancian de individualismo abstracto y posesivo del igualitarismo liberal