Abstract
En el artículo se estudia la relación entre estos dos términos en algunos diálogos de Platón. Se indica cómo ambos suponen un temple de ánimo, el cual, siendo diferente, no es siempre excluyente. La actitud de juego fue vinculada, en algunos casos, a una disposición no deseable para la indagación filosófica; la actitud seria fue reconocida como reguladora de esa misma actividad. Sin embargo la dialéctica es presentada en diversas ocasiones como un "juego difícil". Evidentemente Platón reconocía una dimensión lúdica en el lenguaje, muy visible en la escritura, sin la cual era imposible el esfuerzo para acercarnos a la cosa, pero al mismo tiempo planteó su limitación por medio de la disposición seria propia de la Filosofía.