Abstract

La actual etapa en la recepción del Concilio Vaticano II se caracteriza por recuperar la primacía hermenéutica del capítulo II de Lumen Gentium. De este modo se reconoce el carácter vinculante y permanente del sensus fidei fidelium en la construcción del consensus omnium fidelium. El presente artículo ofrece una profundización de esta eclesiología del Pueblo de Dios a la luz de una reconfiguración sinodal. Esto implicará una renovación de la identidad y la vocación de los sujetos eclesiales, y una reforma de la organización y el funcionamiento de las estructuras. En esta nueva etapa se reconoce a la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia. Sin embargo, esto supone diseñar un nuevo modo de proceder eclesial. En este sentido, proponemos que el reto actual debe enfocarse en la construcción de una eclesialidad sinodal que genere un proceso de sinodalización de toda la Iglesia. Se trata de crear la circularidad entre la escucha, el discernimiento, la elaboración y la toma de decisiones en la Iglesia, ya que la eclesiología del Pueblo de Dios nos enseña que en los procesos sinodales se expresa el sensus ecclesiae totius populi y no solo el sensus ecclesiae de la jerarquía. El presente artículo pretende ofrecer el marco hermenéutico para construir una eclesialidad sinodal, lo cual supone, una relectura y profundización de la Eclesiología del Pueblo de Dios, como la presentaremos en este artículo.