Abstract
La descomposición del ethos de las sociedades convencionales en la Modernidad escindió la moral y la ética, pero la filosofía del sujeto y la separación metafísica entre derecho natural y positivo conllevaron a una concurrencia entre el liberalismo que fundamentó los derechos humanos del individuo, como sujeto en pequeña escala, en la moral racional, mientras que el republicanismo ancló la soberanía popular en un pueblo, como sujeto en gran escala, que reconoce los valores éticos de la comunidad, incluso en el debate entre liberalismo y comunitarismo en Norteamérica. Pero, la teoría de la acción comunicativa supera esta recurrente aporía porque posibilita una comprensión intersubjetiva del derecho como responsable por la integración social entre la racionalidad comunicativa del mundo de la vida y la racionalidad estratégica de los sistemas sociales, la política y la economía, pues permite simultáneamente la autonomía privada y la autonomía pública de manera que los agentes sociales actúen por la facticidad o la validez del derecho a nivel de las normas jurídicas, del sistema de derechos.