Por qué en Colombia no tiene sentido la discusión filosófica sobre la redistribución
Abstract
En un escrito de 2003, Eduardo Posada-Carbó decía que la idea de que el Estado colombiano es ilegítimo estaba tan extendida que, por lo menos de labios para afuera, era compartida en el país por individuos y grupos distanciados entre sí en la teoría, en la práctica política o en el crimen: columnistas de prensa, políticos profesionales, dirigentes de las guerrillas y de los paramilitares, y hasta presidentes. La impresión que dejaba el librito de Posada-Carbó era que había un acuerdo mayoritario en el país con respecto a una extendida situación de injusticia social y que, por tanto, una parte importante de la solución al conflicto interno armado consistía en resolver esa injusticia y avanzar hacia un estado legítimo.