Abstract
En la Conferencia sobre la Población y el Desarrollo (El Cairo, 1994) se incorpora el concepto de empoderamiento (la necesidad de que las mujeres adquieran poder, fuerza y autoestima) como requisito para un desarrollo equitativo entre los géneros. A partir de la 4ª Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) ese concepto adquiere impulso al adoptar de forma unánime los estados miembros de la ONU la Plataforma de Acción. Si el espacio social es una construcción desplegada en el tiempo y ha sido y es un ámbito en el que se desarrollan relaciones de poder, el accionar de las mujeres ha sido invisibilizado en la mayor parte de los estudios geográficos. Por ello consideramos como un desafío político su visibilización, tanto en el plano académico como en los distintos niveles de enseñanza, pues muy escasa ha sido en la mayor parte de los países hispanoamericanos la incorporación del estudio de las mujeres en los currículos escolares, incorporada como letra pero no como acción concreta.