Abstract
La historicidad, la adaptación continua de la vida humana a problemas puntuales es el marco –antropológico– en el que la Ilustración escocesa inscribe su reflexión moral. Un trabajo continuo de adecuación al medio generalmente expuesto a través de una concepción por etapas de la historia, cuyo fruto, objetivado como leyes, normas o morales, no es nunca buscado y sí producto de las consecuencias inesperadas de decisiones que se toman sin referentes seguros en su diseño inicial. Esa contextualización, cuyo motor es la perfectibilidad humana, en último término supone la atención a los distintos intereses y esferas de la vida, lo cual hace que la reflexión moral quede parcelada en las pequeñas esferas donde aparecen esos intereses; este será el motivo que llevará a la Ilustración escocesa a buscar algún tipo de universalidad que se complaciera de forma natural en el resultado de aquel artificial proceso de adaptación histórica al medio.