Abstract
Nos valemos del concepto de experiencia para tratar de demostrar que la relación entre ésta y lo ideal es indisoluble en Aristóteles y en Schelling en el conjunto de su producción. No existe entre lo real y lo ideal, por tanto, un orden de prioridad en lo tocante a las partes de su sistema, sino que únicamente asumen un orden de anterioridad y posterioridad por lo que hace a una necesidad de tipo metodológico. Con este análisis, por tanto, queremos demostrar que el orden de la experiencia y de lo ideal no es excluyente, sino que, al contario, están en un orden de dependencia gracias al cual tenemos como resultado una filosofía absoluta o la filosofía sin más, lo cual elimina cualquier unilateralismo que quiera conceder cualquier primacía ya bien a lo ideal o a lo real o la existencia en la filosofía de ambos autores.