Abstract
Es posible defender que el pensamiento político de Suárez se halla en tránsito desde lo medieval a una Modernidad diferente. El núcleo de dicha interpretación es la tesis de que la consecución del bien común inserto en la facticidad de la realidad humana concreta es el motor de la teoría política suareciana. Desde ahí se analizan sus elementos fundamentales: primero, el origen comunitario del poder político a partir de la naturaleza social de la persona, creada así por Dios. Segundo, la articulación operativa de dicho poder a través de su entrega absoluta a un gobernante y la preferencia por la Monarquía como forma de gobierno. Tercero, la aceptación de la resistencia al tirano en determinados casos y condiciones. Así, cabe sostener que la flagrante contradicción entre la translatio total del poder político y la simultánea admisión de la resistencia a este supone, en última instancia, negar la primera, erigir esta última como límite del poder, y abrir la puerta a un modelo de democracia directa.