Abstract
Hacia la segunda mitad del siglo XIX, una fuerte actitud positivista dio forma a un mundo determinado. El método científico parecía exigir la continuidad del sistema causal en todas las dimensiones de los fenómenos, lo cual entró en tensión con todo lo relativo a la estructura motivacional y volitiva del sujeto. William James interviene en el debate, tiene en cuenta diversas aristas del problema y pone en juego su lectura de los psicólogos ingleses (Mill, Bain y Spencer) y de Renouvier. Daremos cuenta de las consecuencias vitales que tiene el problema del determinismo para el estadounidense, en qué sentido los psicólogos ingleses son deterministas, como se les opone Renouvier y el modo en que James se apropia estratégicamente de los argumentos del francés haciéndolos operar a distintos niveles en su reflexión psicológica y filosófica.