Abstract
Últimamente se viene hablando mucho de “guerra cultural” si bien pocas veces se concreta su significado. Tiene que ver con la batalla por el relato, pero no se limita a este campo. En todo caso, conviene diferenciar este concepto del legítimo debate e intercambio de ideas en pos de la mejora social. Nos encontraríamos por el contrario más cerca de la guerra híbrida, psicológica, cognitiva y el arte de la propaganda llevados a cabo por unos Estados contra otros, pero también por determinados agentes con poder suficiente para imponer la cultura que les interesa y acabar con la del contrario.