Abstract
Ante la urgencia de un método apropiado para la constitución de una filosofía de la religión como disciplina autónoma y rigurosa, Duméry examina los diversos métodos que se han adoptado en la historia del pensamiento para enfrentar al fenómeno religioso, para proponer un método definitivo: el método de discriminación. Dicho método se servirá del método de comprensión para completarlo con una ontología y axiología que respete y lleve a la luz el dinamismo del espíritu que tiende a lo Absoluto en su misma marcha de liberación. La religión, así, no es sino la expresión histórico-cultural de este dinamismo a través de las mediaciones conceptuales e imaginativas –categorías y esquemas– en las que se revela el Absoluto mismo. La crítica y la judicación propias de una filosofía de la religión buscan, entonces, purificar estas mediaciones objetivas en orden a posibilitar el desarrollo auténtico de una subjetividad que está llamada a su realización en su exigencia de Absoluto.