Abstract
El artículo se propone iluminar la realidad empresarial desde una mirada ampliada y profunda: abordando tanto su objetivo inmediato, producir beneficio, como su misión social, contribuir al bien común y generar desarrollo personal y comunitario. Sin querer contraponer, sino integrar ambos. El camino que proponemos para ello es el siguiente: primero, parar un momento para preguntarnos quién es la persona –aquella que crea con otras el sistema empresarial- qué necesita para su desarrollo y crecimiento, cuál es la lógica del ser humano. El siguiente paso será, sin perder de vista la naturaleza humana, preguntarnos por la empresa, qué es y a qué está llamada, en qué consiste la lógica del beneficio en la que la mayoría está instalada y si es compatible con la lógica propia del ser humano. Y a la luz de esos dos pasos: un tercero: poner en diálogo –no en dialéctica- ambas lógicas.