Abstract
Contra la opinión generalizada de que la "mímesis" deja de ser un paradigma del arte a partir del siglo XVIII, este artículo, inspirado en una idea general de Gadamer, intenta mostrar su vigencia apoyándose para ello en una revisión de los textos griegos fundadores de la teoría y en otras fuentes que dan fe de la evolución del concepto en la estética occidental. Muy lejos de la desfiguración moderna, que lo redujo a la simple copia de apariencias sensibles, el concepto original de "mímesis" alude a un hacer paralelo con la naturaleza: se fundamenta, por un lado, en la noción pitagórica del orden universal presente en el movimiento de los cuerpos celestes, así como en el alma humana y en la belleza de las obras de arte, y, por otro, en la noción aristotélica de "reconocimiento" como un volver a conocer que deja de lado todo lo inesencial.