Abstract
En este artículo nos centramos en la consideración de las injusticias epistémicas como emociones público-privadas para enfrentar la injusticia epistémica estructural. Partimos de la propuesta de Judith Shklar, quien critica a la concepción tradicional centrada en la justicia que entiende a las injusticias como una falla del modelo. En esta línea, revisamos la propuesta de Miranda Fricker sobre la injusticia epistémica como injusticia estructural, conceptualización que complejizamos a partir de los aportes de Sally Haslanger. Luego, a partir del planteo de Sarah Ahmed, nos centramos en la dimensión social y a la vez individual de las emociones, entendidas como prácticas sociales y culturales. Desde este abordaje, destacamos el valor epistémico de las emociones socialmente valoradas como negativas, cuyo saber ha sido infravalorado a lo largo de la historia por la epistemología tradicional. En este sentido es que entendemos a la injusticia epistémica como emoción público-privada. Para finalizar, sumamos a este enfoque la propuesta de las estructuras del sentir de Raymond Williams, para profundizar en el análisis de la injusticia epistémica estructural desde esta propuesta entendiendo a las injusticias epistémicas como emociones público-privadas que emergen como sentir epocal.