Abstract
En este artículo se analiza la relación entre el garantismo y el constitucionalismo y, paralelamente, entre el modelo institucional y político denominado “Estado constitucional de derecho” y ese mismo modelo en su versión garantista. La relación es delicada a causa del sobredimensionamiento social de las constituciones que los garantistas proponen, que implicaría tres riesgos. El primero es el incremento de las habilitaciones y funciones estatales que pudiera dar lugar a un fuerte estatalismo difícilmente compatible con el respeto a la individualidad y la espontaneidad social. En segundo lugar, el carácter material y minucioso de las constituciones garantistas torna superfluas a la democracia y a la política. Por último, la pretensión de constitucionalizar lo que no son sino postulados ideológicos amenaza con convertir a la constitución en un instrumento político parcial y sectario, muy alejada del modelo de constitución abierta y plural que originariamente inspiró al Estado constitucional de derecho.