Abstract
El objetivo de este artículo es describir y analizar el funcionamiento de un programa de política cultural de Estado, la Usina Cultural de la Unidad Penal N° 4 Santiago Vázquez, ex Comcar, a través de las prácticas y representaciones de los funcionarios que trabajan en el espacio físico donde se desarrolla y de las experiencias de algunas personas que han participado. Partiendo de trabajos anteriores que reflexionan acerca de la política en tanto proceso, proponemos comprender los sentidos atribuidos a este programa de política cultural como una mediación o reelaboración de los significados propuestos por las autoridades que lo concibieron, donde se negocian y se producen nuevas significaciones. El diseño metodológico combinó entrevistas en profundidad a técnicos y personas privadas de libertad que concurrieron a la Usina y observación participantes en sus actividades y en la comunidad educativa del Comcar. Concluimos que el contexto de encierro es fundamental para entender las tensiones propias de la cotidianidad laboral y la producción de sentido de los participantes. En las políticas no solo hay ejecutores y beneficiarios sino sujetos con agencia que participan de entornos sociales que los condicionan. Sus apropiaciones del espacio que abre la política, configuradas por y en las características de la vida social en la que se desenvuelven (el encierro, en nuestro caso), son la política encarnada y constituyen un objeto fundamental de investigación para comprender su funcionamiento y posibles contribuciones.