La Densidad del Alma
Valencia, España: Edicep (
2007)
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Abstract
Dos inquietudes han determinado las palabras que componen la presente obra. La primera es de raigambre filosófica, y se refiere a la necesidad de clamar por la unidad de la persona en un período histórico como el actual caracterizado por profundas escisiones en sus dimensiones constitutivas. La segunda inquietud es de orden pedagógico, dado que la restitución de la persona ha de pasar por una educación interior que, recogiendo la totalidad de las dimensiones de aquélla, puedan verterse al todo social sin necesidad de dirigismo alguno.
La densidad del alma es un libro que recorre la interioridad personal sin esquivar ninguno de sus contenidos más propios. Por supuesto, tampoco elude abordar la intensa y rica profundidad de tal interioridad. En su desarrollo tales incursiones se realizan siempre desde el convencimiento en la eficacia de todas las posibilidades de una educación interior en virtudes. Tiempo, muerte, eternidad y resurrección son los ejes referenciales en los que se inscriben todos los demás temas, tales como la humildad, el silencio, la lealtad, el sacrificio, el valor, la marcialidad, la nobleza, el servicio, la esperanza y la fe. De estilo conciso y directo, no renuncia a la sonoridad literaria como tampoco a la expresión fiel de la realidad. Fidelidad que en absoluto está reñida con la firme convicción en que es tan posible como necesaria la elevación moral de todos desde cada uno.
La densidad del alma se estructura en tres grandes capítulos. Sus mismos títulos –el primero, Interioridad. Diálogos íntimos; el segundo, Nación y destino. Diálogos compartidos y, el tercero, Eternidad. Diálogos trascendentes- expresan con claridad no sólo el itinerario seguido sino, además, las dimensiones fundamentales y constitutivas del ser humano: íntima, sociopolítica y trascendente. Un capítulo introductorio, que lleva por título Espíritu vertical, realiza la tarea de guía inicial que encamina al lector hacia el apasionante y fecundo mundo espiritual de la persona humana.
La tarea de conocerse no puede abarcar toda una vida. Es necesario decidirse por lo mejor, decantarse por lo más excelso, y seguirlo. Es una obligación que ha de asumirse libremente con independencia de errores, deserciones y decepciones. Es nuestra más gozosa tarea. Es mi mejor tarea.