Abstract
En el contexto social y económico del Imperio romano romano, y en particular de Palestina, Jesús, según los Evangelios, hace una crítica lúcida y penetrante del dinero y la riqueza, amonesta sobre los peligros y las consecuencias de de dejarse seducir por ellos, y aconseja a sus seguidores que adopten un que la única fuente de riqueza sea Dios. El comportamiento humano en este sentido debe regirse por la austeridad y el compartir, el cuidado de los demás y la generosidad. Este modo de vida es la garantía de una convivencia social justa y fraternal, y favorecerá la creación de una nueva sociedad.