Abstract
El artículo hace la presentación del intenso debate en el cual se enfrentaron los católicos y los donatistas en torno a la identidad. Se hace la presentación de los documentos de ambas partes en donde las dos reivindicaban para sí el título de Catholica, y esto porque con aquel término, más allá de las especificaciones técnicas indicadas por cada uno, pretendían cualificarse a sí mismos como los únicos auténticos cristianos o, lo que es lo mismo, como la única auténtica Iglesia. El artículo señala la base escriturística de la polémica, y cómo los católicos supieron adecuar la propia autorepresentación al cambio de las circunstancias, mientras que los donatistas permanecieron rígidamente anclados en una definición propia que no podía responder a las peticiones de sociedad en continua agitación. El artículo señala cómo esto determinó la supervivencia de los católicos y la lenta desaparición de los donatistas.