Abstract
En aras de poner en relación en un marco reflexivo la forma de gobierno tiránica con el ejercicio de la violencia, es preciso adentrarse en los orígenes mismos de la consideración filosófica de la tiranía. La tiranía, en el sentido que la Grecia antigua le dio, no es sino el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, que con frecuencia instauraba el tirano, aquél o aquellos que habían derrocado el gobierno de una ciudad-estado, normalmente gracias al apoyo popular, pero también mediante un golpe de estado militar o una intervención extranjera. De esta noción clásica de tiranía se derivan algunos elementos importantes de los que se hará eco este escrito. En un primer momento, después de haber considerado la perspectiva de estudio (1), se situará el origen de la tiranía en su relación con un momento de crisis: este vínculo hace de ella una especie de medicina que pretende remediar un mal, como si de la cura de una enfermedad se tratase (2); a continuación, se establecerá el pasaje desde una percepción positiva de tiranía hacia una determinación peyorativa del término (3); y, por último, se abordará la crisis de la tiranía y la oposición popular violenta que ella suscita (4). Las conclusiones serán presentadas a la luz del fresco de A. Lorenzetti, Alegoría del mal gobierno (5).