Abstract
El transhumanismo asegura rechazar los dogmas cristianos, pero no hace más que reproducirlos a título propio y artificialmente. De modo similar al gnosticismo, el rechazo de la naturaleza le lleva al rechazo del tiempo, por lo que, alentado por su mito del hombre nuevo, absolutiza y propone un asentamiento casi eterno en la vida terrena (chrónos) a la par que relativiza y rechaza la noción del tiempo como aquello que transciende a la historia y supera la muerte (kairós). Aunque su deseo aspira a eliminar todo aquello que hace sufrir al hombre en esta vida, esta esperanza trueca en la desesperanza de una condena eterna.