Abstract
Alonso Briceño, el primer filósofo chileno, sostuvo que, para todo x, el ser de x = la haecceitas de x y –además– que hay una distinción ‘formal’ entre el ser de x y la esencia de x. En general, hay una distinción ‘formal’ entre los ítems z y v si y solo si: (i) z v, y (ii) z y v son mutuamente inseparables. Se sigue de estas tesis que el ‘ser’ debe tomarse como un componente ontológico específico en los objetos particulares y que es idéntico con la haecceitas del objeto. Esto se denomina aquí “la intuición de Briceño”. En este trabajo se considera la relevancia que la intuición de Briceño podría tener para dos de las teorías más importantes acerca de la naturaleza de los objetos particulares: las teorías en las que los objetos particulares están constituidos por un sustrato y sus propiedades, y las teorías en las que los objetos particulares son cúmulos de tropos. Se argumenta que en ambos casos la intuición de Briceño, esto es, la idea de que hay un tropo específico de ser en el objeto particular, trae consigo ventajas sistemáticas importantes y, lo que es más, permite la unificación teórica de ambas perspectivas, normalmente consideradas como incompatibles entre sí.