Abstract
En las tres últimas décadas del siglo XX, muchos filósofos analíticos han abordado cuestiones de ética práctica, ampliando radicalmente el campo de la filosofía moral más allá de los temas metaéticos que habían sido su foco principal durante la mayor parte del siglo. Sin embargo, abordar este tipo de controversias prácticas rápidamente hizo surgir la cuestión de cómo justificar las afirmaciones morales normativas. Muchos filósofos analíticos se basaron en el intuicionismo, que tiene un linaje muy antiguo dentro de la filosofía moral anglófona. Este artículo evalúa tres formas en las que los filósofos analíticos del siglo XX recurrieron a las intuiciones para apoyar o rebatir las afirmaciones morales. Argumentamos que esos métodos fracasaron en su objetivo de promover un conocimiento moral digno de confianza porque se basaron en supuestos que, cuando se presumen en contextos de injusticia epistémica estructural, son sistemáticamente engañosos. A pesar de que las intuiciones se encuentran entre las fuentes de conocimiento en las que los agentes morales deben confiar, la epistemología moral debe prestar especial atención a los procesos sociales a través de los cuales se recogen, refinan y evalúan las intuiciones y otras formas de evidencia. Producir un conocimiento moral digno de confianza requiere procesos de razonamiento democráticos que sean sensibles a la omnipresencia de la injusticia epistémica y la dominación, así como desarrollar estrategias para contrarrestarlas.