Abstract
Una característica indiscutible de la amistad es la confianza: los amigos confían entre sí contándose secretos y ayudándose especialmente cuando existen riesgos de que algo vaya mal. Este artículo investiga la naturaleza de esa confianza. Aquí se mostrará que, en relaciones espesas de amistad y familia, la confianza no es un juicio sobre los riesgos de interactuar con otro sino una forma emotivamente cargada de considerar a los otros. Para mostrarlo, se ofrecerán tres razones obtenidas del análisis de la fenomenología de la traición, es decir, cuando la confianza ha sido destruida.