Abstract

Habermas y Apel parten de la convicción básica de que los desafíos de nuestra situación histórica exigen una reformulación profunda de la estructura interna de la filosofía práctica. Su punto de partida es hoy la pregunta por la fundamentación de principios normativos para le configuración de la vida en común en sociedades pluralistas. El texto presenta las divergencias radicales que separan estos dos representantes de la tradición kantiana en le ejecución de este tarea común. El consenso de fundo es la defensa de la postura universalista de la ética moderna y una concepción procedímental de la razón práctica que se redice en la aceptación común de la revolución lingúistíco-pragmática del pensar. Las diferencias se concentran en la concepción contrapuesta a respeto de la relación entre filosofía y saber empírico y su papel en le comprensión de las cuestiones fundamentales que marcen la filosofía práctica en nuestro contexto histórico: le relación entre moral, ética y derecho, soberanía popular y derechos humanos.