Abstract
En principio, podría pensarse que la interpretación del fragmento de Anaximandro tiene un interés puramente ‘arqueológico’ y que su relevancia sólo concierne a la historia de la filosofía griega. Sin embargo, esto es un error. En este artículo demostraremos que dicho fragmento puede ser visto como la primera formulación del principio de inmanencia en la historia de Occidente. El mayor obstáculo para probar esta tesis radica en el carácter unilateral de las tendencias interpretativas que han dominado la lectura del fragmento durante el último siglo. Nuestra búsqueda de un camino alterno sigue cuatro etapas: primero señalamos las deficiencias de las lecturas tradicionales; luego examinamos críticamente la interpretación de Heidegger; después, utilizando los principios de la hermenéutica gadameriana, proponemos una lectura renovada del fragmento; al final, precisamos en qué forma el planteamiento de Anaximandro cobra relevancia en la actualidad.