Abstract
El asesinato de George Floyd en Minneapolis (Estados Unidos) ha desatado múltiples manifestaciones sociales antirracistas en distintos países del mundo, las cuales han adquirido diferentes formatos: marchas, disturbios, pintadas callejeras, militancia hashtag a partir del lema #BlackLiveMatters y el accionar contra diferentes estatuas de personajes históricos polémicos. Dichos monumentos, conmemoraciones a, principalmente, esclavistas y colonizadores, han sido pintados, mutilados o derribados en señal de protesta, pero también como un modo de disputa por los sentidos y las memorias legitimadas en el espacio público, que, además, tiene como antecedente las manifestaciones en Chile a fines de 2019.