Abstract
Naturalizar ciertos problemas filosóficos no es tan problemático hoy como lo fue hace décadas. La excesiva especulación a la hora de reflexionar sobre ciertos temas, ha dado paso, paulatinamente, a una filosofía informada científicamente. En este artículo se intenta presentar un enfoque biologizado de la ética, teniendo en cuenta la información procedente de la etología, las ciencias cognitivas y las neurociencias. Interrogantes como ¿por qué somos buenos?, ¿por qué somos egoístas? o ¿por qué cooperamos?, preguntas todas ellas procedentes de la ética, serán analizadas desde la perspectiva de la filosofía de la biología y la neurofilosofía.