Abstract
Este artículo explora aspectos de lo que llamaré piedad o compasión en Homero (especialmente en _Ilíada_ 24) y Aristóteles (sobre todo en la _Retórica_), pero sin depender de una precisa terminología. Los fenómenos que abarcan términos como “compasión”, “simpatía”, “empatía” y “lástima” (y sus análogos, cuando existen, en otras lenguas) constituyen una familia en la que las semejanzas son a menudo bastante estrechas en la práctica (aunque determinados miembros del grupo entren y salgan de moda y adquieran una serie de connotaciones diferentes en distintas épocas y contextos). Al concentrarme en la teoría y la práctica de la literatura, no ofrezco un relato sintético de la piedad griega antigua, sino que me centro principalmente en dos autores, Homero y Aristóteles, y procedo principalmente mediante una confrontación entre la representación de la piedad en el libro final de la _Ilíada_ y la teorización de esa emoción en la _Retórica_ y la _Poética_ de Aristóteles. Comienzo con Homero, pero inmediatamente pongo en relación la narración homérica con el relato de la piedad de Aristóteles en la _Retórica._ Esto llevará a algunas reflexiones sobre la naturaleza de la piedad y la compasión en Homero en general, antes de volver al contraste entre Homero y Aristóteles (con énfasis en la _Poética),_ un contraste que en cierto modo se ve subrayado por ciertas diferencias entre Aristóteles y Platón sobre los efectos emocionales de la poesía épica y trágica. Un aspecto de especial atención será la vinculación que hace Aristóteles de la piedad con el tipo de cosas que uno temería si le ocurrieran a uno mismo, por contraste con la conexión, en Homero y Platón, entre la piedad por los demás y la experiencia del dolor, tanto propio como ajeno.