Abstract
Se analiza cómo la vigilancia en la obra de Philip K. Dick permite que actores e instituciones: a) construyan identidades, b) gestionen deseos y c) establezcan campos de disputas y conflictos de poder. La vigilancia aparece a veces como un mecanismo que sirve para la dominación y el control social, y en otras ocasiones como un dispositivo de resistencia que crea espacios de resistencia y autonomía social. Por tanto, la vigilancia puede ser usada con fines civiles y anti-civiles.Los rostros de la vigilancia en Dick permiten entender como ésta se desarrolla en sociedades democráticas y diferenciadas, al contrario de la metáfora del “Gran Hermano” orwelliano desarrollada en un contexto donde predomina una ideología y un régimen político totalitario.