Abstract
Los dos autores del círculo florentino cuya obra analizaremos, Marsilio Ficino y Giovanni Pico della Mirandola, frecuentan y asimilan las doctrinas atribuidas al sabio egipcio Hermes Trismegisto como las enseñanzas de uno de los iniciadores de la piadosa filosofía de los antiguos, la prisca theologia. Soñada e inaugurada por Cosimo el viejo, en la así llamada Academia florecían los estudios humanísticos, filosóficos y esotéricos, con la participación de otros célebres intelectuales florentinos como Angelo Poliziano, Cristoforo Landino, los hermanos Benivieni y el propio Lorenzo. Puede decirse que tanto Ficino como Pico incorporan a su pensamiento los enigmáticos libros de Hermes bajo la luz de la filosofía platónica, en especial la de los sistemas cosmológicos y metafísicos que encuentran en Plotino, en Jámblico y en Proclo. Sin embargo, sus perspectivas respecto a aquellas venerables doctrinas y los intereses académicos que los vuelcan a ellas difieren considerablemente y se encuentran muchas veces en oposición a lo largo de su mutua e intensa colaboración intelectual.