Abstract

El número 52 de Isonomía llega, como el anterior, en medio de la pandemia por Covid-19. La crisis sanitaria toca dos temas fundamentales, en el centro, directa o indirectamente, de los artículos que publicamos: el cuerpo y la verdad. El cuerpo aparece como protagonista de dos textos en los que es objeto de investigación en dos extremos de sus posibles manifestaciones: al margen de la dimensión ordinaria y cotidiana de la corporeidad, se encuentran, con su dignidad, cuerpos cuya ubicación es desconocida –los desaparecidos– y cuerpos cuyo paradero se conoce pero cuyo movimiento es limitado y vigilado – los cuerpos privados de libertad. Estas reflexiones dialogan con el proceso penal, porque el encarcelamiento de los cadáveres es su punto final, y porque las instituciones creadas para buscar la verdad han cuestionado la eficacia del sistema penal tradicional para satisfacer la necesidad de conocer la verdad. Otros dos textos profundizan oportunamente la relación, en el juicio penal, entre prueba y verdad. Pero la verdad también nos preocupa relativamente a los valores: en relación con la gravedad de las violaciones de los derechos humanos que siguen caracterizando a nuestras sociedades, la insistencia en la existencia de derechos universales inviolables sigue causando perplejidad, en particular en lo que respecta a la viabilidad política de proyectos como el de Ferrajoli, objeto de una crítica en el último texto que se publica.