Abstract
El Contextualismo ofrece una novedosa forma de acercamiento a la obra arquitectónica, dado que la pone en relación íntima con el "habitar" humano. Ello le exige al intérprete poner de presente no sólo la contingencia e historicidad de la obra, sino también las relaciones que ésta establece con el entorno. Para mostrar la peculiaridad de esta propuesta -que se vale de tipologías visuales y táctiles-, la autora la compara, en primer lugar, con aquellos métodos que se valen solamente de parámetros formales o preestablecidos. En segundo lugar, reconoce como punto de partida de su trabajo el aporte de Henri Bergson, quien al ser un exponente del pensamiento contextual, ofrece, no sólo un análisis de la imagen como elemento que posibilita nuevas aperturas y modificaciones de sentido, sino además, múltiples caminos para la interpretación. Por último, la autora analiza dos obras del arquitecto Osear Niemeyer, en las cuales se percibe de manera más concreta el sentido de esta propuesta.