Reseña al libro Justicia global, derechos humanos y responsabilidad
Abstract
En los países latinoamericanos, y en Colombia particularmente, el pesimismo de la razón impide sentir una satisfacción duradera por el relativo crecimiento de la economía y la disminución de la inflación, pues los resultados en términos de reducción de pobreza y miseria son muy desalentadores. Mientras más crece la economía pareciera que más deben crecer proporcionalmente nuestras reservas y preocupaciones en torno a los mecanismos implantados, que han traído consigo el crecimiento económico promedio, y que a su vez han agudizado la brecha de la separación social: hundiendo a los pobres en un abismo de miseria e insuficiencia en la realización de sus derechos mínimos, y elevando a un pequeño grupo hacia el bienestar y los bienes suntuarios. Si bien no es éste el lugar para detenernos en estadísticas, conviene señalar que en el mundo 6 de cada 100 niños no llegan al primer año de vida y 8 no sobreviven a los 5 años [1] ; la cifra de personas que murieron durante la Segunda Guerra Mundial, es igualada cada tres años por las muertes globales relacionadas con las situaciones de pobreza [2] ; en América Latina, el 10% más rico obtiene el 48% del ingreso [3], y en Colombia la mitad de ciudadanos siguen estando bajo la línea de pobreza, y quienes padecen condiciones de miseria ascienden a los 11 millones [4], por lo cual puede repetirse, entonces, que la economía va bien pero el país va mal.