Abstract
La interpretación de los artefactos tecnológicos como herramientas neutrales y factibles de control humano, aparece como un concepto central en la denominada filosofía ingenieril de la tecnología. El contrapunto de esta lectura, sin embargo, atribuye un trasfondo capital-liberalista al desarrollo tecnológico, infiriendo, conjuntamente, una capacidad de autocrecimiento que dificultaría un dominio humano efectivo. Así, esta concepción ‘política’ de la tecnología se distanciaría de la base teórica positivista del enfoque ingenieril, ofreciendo espacios para generar interpretaciones no instrumentales de los artefactos tecnológicos.