Abstract
Las tres novelas escogidas responden a la decadencia económica de Valparaíso a mediados del siglo XX al representar el espacio y la sociedad, así como los afectos predominantes: Valparaíso, puerto de nostalgia de Salvador Reyes, se sitúa en el Plan de la ciudad y fluctúa entre la idealización nostálgica de la burguesía inglesa y la bohemia del presente; Hijo de ladrón de Manuel Rojas y El mundo herido de Armando Méndez Carrasco, privilegian, en cambio, el espacio de los cerros y transitan hacia un período de duelo frente al tiempo perdido, actualizando, respectivamente, los valores ilustrados y la comunidad tradicional.