Abstract
La reina Isabel no se retraía de pedir consejo a sus asesores de más peso y si la respuesta era satisfactoria, la guardaba en su archivo particular, de donde pasó al general del reino. Fueron numerosos los memoriales con consejos a la Reina al inicio del pontificado del papa Sixto IV a causa de un prolongado debate de tres años con los Reyes por la provisión de obispos, las recaudaciones financieras y la política italiana1. La provisión de la sede de Cuenca del 13 de agosto de 1479 concedida por Sixto IV a su nepote Rafael Sansoni Riario fue el motivo inmediato de un largo desencuentro y debate entre el Papa y los Reyes Isabel y Fernando, que afectó a la política de todo el sur de Europa