Abstract
El arribo de la pandemia de influenza a México en 1918 ocasionó una gran crisis. Las autoridades nacionales y estatales se vieron superadas por la virulencia de la enfermedad. Se tomaron diversas acciones preventivas (cuarentenas, consignación a los enfermos en hospitales destinados especialmente para tal fin, limpieza de la vía pública, etc.). Pero, más allá de estas medidas que se habían aplicado en otras crisis sanitarias anteriores, no se plantearon nuevas alternativas. Por su parte, las autoridades estatales si bien trataron de ejecutar las medidas indicadas desde la ciudad de México, problemas económicos, políticos y sociales, ocasionaron conflictos, encuentros y desencuentros, entre autoridades locales, por un lado, y la sociedad civil, por otro, relacionados con la política sanitaria.