Abstract
La búsqueda de la perfección humana como un afán de mejora constante es compartida tanto por la tradición ética de la virtud de la ley natural tomista como por el movimiento transhumanista. Sin embargo, nociones divergentes de la naturaleza humana y de su telos diferencian profundamente ambos esfuerzos por transformar positivamente la humanidad. El presente trabajo aclara el significado de la tradición de la ley moral natural y la distingue de los malentendidos que podrían surgir de una reducción de la naturaleza a procesos biológicos no racionales. A continuación, el artículo examina cómo una noción adecuada de la naturaleza humana y de los bienes que satisfacen dicha naturaleza pueden orientar un debate constructivo sobre qué tipos de mejora biomédica han de aceptarse como útiles para el florecimiento humano y cuáles deben ser dejados de lado por ser perjudiciales para el auténtico crecimiento. Sin una norma objetiva de la naturaleza humana con la cual juzgar las propuestas de mejora, los cambios biotécnicos ya no pueden distinguirse en categorías de mejora o disminución. El texto muestra por qué tanto los críticos bioconservadores de la mejora humana como los defensores transhumanistas de las alteraciones biotecnológicas radicales presentan visiones empobrecidas de las capacidades de transformación y perfección de la naturaleza humana. En contraste, el tomismo tiene los recursos intelectuales para superar las nociones estáticas de la naturaleza humana y puede corregir las imprecisiones filosóficas del discurso transhumanista contemporáneo sobre la posthumanidad. Este trabajo, por tanto, proporciona los fundamentos antropológicos necesarios para explorar el papel que las virtudes pueden desempeñar en el cumplimiento de la orientación dinámica de la naturaleza humana hacia la perfección.