Abstract
En este artículo se abordan dos cuestiones diferentes, aunque interconectadas. La primera es: ¿puede articularse una política de la ecología en términos de ciudadanía? Mi respuesta a esta pregunta es afirmativa, presentando una propuesta de «ciudadanía ecológica». Esto conduce a la segunda cuestión: ¿cómo afecta la ciudadanía ecológica a la noción misma de ciudadanía? Esta cuestión se responde mediante la articulación de una «arquitectura » de la teoría de la ciudadanía que se organiza a través de las oposiciones entre derechos y deberes, la esfera pública y la privada, la ciudadanía activa y la pasiva y, por último, entre las concepciones «territorializadas » y «desterritorializadas» de la ciudadanía. Se defiende que la noción de ciudadanía ecológica desestabiliza la arquitectura estándar de la ciudadanía al poner el énfasis en los deberes de los ciudadanos más que en los derechos; al sugerir que el ámbito privado es un espacio tan legítimo para la actividad ciudadana como el espacio público, al negar la asociación habitual entre la ciudadanía «pasiva» y el ámbito privado, y al revalidar las concepciones desterritorializadas de ciudadanía. Finalmente, se presenta la contribución de la ciudadanía ecológica a la «remoralización» de la política, y se trazan algunas de las tensiones resultantes de su confrontación con las exigencias de la democracia liberal