Abstract
El proyecto mexicano de educación profesional antropológica tuvo un proceso formativo crucial a finales del gobierno posrevolucionario presidido por Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940), pues estaba enmarcado por el programa político denominado Educación Socialista. Dicho programa dio cobijo a la fundación del Instituto Politécnico Nacional que tuvo en sus inicios un Departamento de Antropología, el cual fue transferido al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en 1942, recibiendo el nombre de Escuela Nacional de Antropología (ENA). Aunque estos movimientos institucionales parecieran solo reacomodos administrativos, dentro de ellos se modelaron interesantes perspectivas de trabajo antropológico e histórico, las cuales posicionaron a sus estudiantes en puestos clave de instituciones científicas, artísticas y gubernamentales que resultan elementales para la comprensión de las inquietudes y debates de la academia americana en las disciplinas antropo-históricas para las décadas venideras. Bajo tal contexto, este artículo identifica la potencialidad del proceso de formación académica y científica en la ENA a través de indicios contenidos en la documentación docente de Robert H. Barlow, profesor viajero estadounidense que, después de ser estudiante temporal, laboró en esta escuela entre 1945 y 1951. Consideramos sus registros como parte de un archivo vital, disperso en varias instituciones, que nos permiten rastrear algunos detalles sobre las personas que se encontraron en sus aulas durante este proceso de formación institucional de la ENA, contextualizándoles dentro del proyecto estatal de la profesionalización disciplinar, pero también en los inquietantes silencios que rodean las dispersas memorias andantes de este profesor migrante.