Abstract
Existe una conexión interna de teoría y praxis que se pone de manifiesto en la acción. Ésta no es el resultado de un traspaso dialéctico de un determinado saber a un actuar cualquiera, sino un movimiento que implica un saber que, en sí mismo, es práctico, por cuanto contiene de suyo el momento de la ejecución del fin que se propone. Vida teorética y vida práctica no constituyen una alternativa, sino una gradación: en ello consiste el Ethos de la acción humana. La ética aristotélica remonta a esta mediación recíproca de teoría y praxis, no sólo la posibilidad de la vida individual, sino, ante todo, de la vida de la comunidad. Sobre esta mediación se cumple el tránsito directo de la ética a la política en el pensamiento aristotélico.