Abstract

La psiquiatría y la psicología ortodoxas hablan de las obsesiones en un sentido patológico, constituyendo uno de los rasgos fundamentales de las neurosis obsesivocompulsivas y de las psicosis paranoicas. De lo anterior se deduce que hay un estado en que tales obsesiones, tales patologías, no se dan. La mente humana puede estar sana o enferma. Nietzsche inaugura el siglo con la sospecha de que el hombre es un animal enfermo y Freud afirma que lo propio de la mente humana es el conflicto. ¿Al eliminar un polo de la dualidad no deja de tener sentido la diferencia tradicional entre sano y enfermo? El propio Freud pone de manifiesto el carácter obsesivo-compulsivo de los ritos religiosos. El presente escrito pretende desvelar el carácter paranoide de toda actividad reflexiva: filosófica, científica o cotidiana. ¿La vida misma reposa en una estructura paranoica?