Abstract
Es irrefutable que el hombre siempre ha mentido, algo que —sin duda— preocupa y ocupa nuestra atención. Y es éste el principal motivo que nos ha inducido a la elaboración del presente trabajo, trabajo que —tomando como puntos de apoyo, principalmente, a san Agustín y algunos documentos magisteriales— tan sólo pretende la reflexión y la reconsideración por parte del lector de tan humano “dilema”: la mentira. Por otro lado, es el obispo de Hipona la figura inevitable en el contexto del cristianismo, figura que a través de dos tratados —De mendacio y Contra mendacium— nos ayudará a entender y comprender este “grave problema moral”.