Abstract
El concepto de 'legitimidad' que introduce Weber tiene que ver con el grado de aceptación que los gobernados confieren a sus gobernantes. Filósofos, como Habermas, han contestado esta concepción señalando que la aceptación debe estar enmarcada en un sistema normativo que garantice los derechos en uso de esa comunidad y estipule las reglas que el gobernante ha de cumplir para acceder al ejercicio del gobierno. Puede discutirse si la concepción de Weber es tal como la describe Habermas o si ella da cuenta de los aspectos que aquí se señalan. Pero el hecho es que el concepto de 'legitimidad' se disocia, entonces, en dos: legitimidad de origen (aceptabilidad) y legitimidad funcional (el objeto del ejercicio del poder y la manera como se accede a este). [Fragmento]