Abstract
Este artículo analiza la novela Dos veces junio (2002) de Martín Kohan desde la teoría de los afectos. El narrador de Dos veces junio se caracteriza por la ausencia, la suspensión, la vacilación o la supresión de afectos. Asumiendo que las respuestas afectivas corresponden necesariamente al momento histórico y a la esfera de la cual emergen, el artículo explora esta desafección como un componente esencial del funcionamiento del régimen autoritario que la novela retrata. Así, se sostiene que el afecto es no solo esencial para iluminar una época histórica sino la manera en que el pasado pervive en el presente ya que las inscripciones afectivas son las depositarias del sentido más oculto –y más original– de la memoria.